Gastar menos gas
Se estima que solo la calefacción supone un 40% de la energía que se consume en las casas españolas. La temperatura "ideal" para una vivienda estándar oscila entre los 18 y los 20 grados centígrados. Hay que tener en cuenta que por cada grado que subamos de 20 se incrementa el gasto en un 7%. Con las recomendaciones siguientes puedes reducir el consumo de gas:
- Optimizar los encendidos/arranques de la caldera mediante la instalación de válvulas termostáticas en los radiadores individuales, que regulan las temperaturas individuales de las habitaciones o bien un termostato centralizado en la habitación mas desfavorable.
- Con sistemas tradicionales de sólo-calefacción, es recomendable regular la temperatura en torno a 12-13 grados para no perder inercia térmica durante las noches o periodos diurnos en los que se está ausente de la vivienda.
- Si no se va a estar en la vivienda durante más de 1 día, apagar calefacción o regularla de forma correcta.
- Purgar los radiadores al menos una vez al año. El momento ideal es al comienzo de la temporada de calefacción. El aire del interior de los radiadores dificulta la transmisión de calor.
- No poner la ropa húmeda encima de los radiadores. Esta es una mala práctica ya que al tapar u obstruir la circulación del aire "caliente", perderemos calor en el resto de la habitación y el radiador consumirá más para calentar.
- Para evitar que se escape el calor por las noches, bajaremos las persianas y cerraremos las puertas. El 30% de las necesidades de calor de nuestra vivienda se deben a pérdidas de calor.
- Durante el día sin embargo hacemos lo contrario. Subimos las persianas y abrimos las cortinas para dejar que la luz del sol caliente la casa.
- No abrir las ventanas con la calefacción encendida. Con abrir ampliamente unos 10 o 15 minutos al día para renovar el aire de las habitaciones es suficiente y evitamos que se fugue calor en exceso.
- Fregar o lavar con agua fría tanto a mano como a maquina.
- Mejorar el aislamiento de suelos, paredes y techos. Colocar doble acristalamiento en las ventanas. Si se compara con una ventana con vidrio simple, la doble reduce a la mitad la pérdida de calor.